LA BUENA EDUCACIÓN
"La educación, (del latín educere "guiar, conducir" o educare "formar, instruir") puede definirse como el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos".
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Realmente el ser humano conoce tantos modos de educar como de comunicar. Una vez que las obligaciones laborares me han dejado paso a un mayor conocimiento del mundo educativo he conocido por dentro cómo se maneja la comunidad educativa, pero lo más improtante para mí es otro concepto por el que todo padre y madre debe dedicar más horas a sus hijos: la co-educación.
Educar en la escuela es el segundo paso del proceso de la educación del niño/a. El primero es la familia, el ámbito donde el estudiante, por pocos que sean sus años, aprende a socializarse y a relacionarse con su entorno. Esta mañana cuando he recogido las notas de mi hija, además de emocionarme por el buen y cálido trabajo de su profe, he caído en la cuenta de la importancia que tiene la figura del maestro/a en este mundo cada vez más virtual; una ironía que el docente contrarresta estando cada vez más involucrado académica y emocionalmente; y que nos recuerda el tremendo papelón que tenemos en casa.
Definir la personalidad y las actitudes de nuestros niños está en nuestras manos, y los profesores de hoy día hacen lo indecible por dárnoslo a conocer. Gracias a ellos y a ellas nuestros hijos e hijas crecen como personas, crecen en valores y aumentan su autoestima; y aprenden a ser mejores personas que lo único valioso en la vida. Gracias por ello, vuestro esfuerzo y dedicación no tienen precio...
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