Esta semana pasará a la historia del Xerez CD como aquella en la que a Don Rafael, Rafael Verdú, se le llenaron los ojos de lágrimas. Pasadas cientos de victorias y derrotas, descensos y ascensos y vicisitudes varias del hoy primer equipo de la ciudad; sólo una sencilla pero emotiva placa empañaron sus azules ojos, azulinos como su vida. Acompañado por su familia, la gran familia xerecista y miembros de la Corporación municipal el veterano xerecista y presidente honorario del club estrenó su avenida, hasta ahora Avenida del Polo, que para siempre recordará sus entrañables gestas y su apoyo incondicional al club. Siempre ha sido la cara amable del Xerez y sus amigos, de distintos signos y ascendencias políticas, se cuentan por centenares. Es el tributo de una ciudad a quien como él ha dedicado su vida entera a una causa, sin pedir nada a cambio. Respeto y admiro a Don Rafael, como ser humano y como xerecista. Encontrarse con él siempre es motivo de admiración y de cariño mutuo. Queadrá en la historia contemporánea de su ciudad adoptiva por todo cuanto a ella entregó mientras el reconocimiento por fortuna le llega en vida, para ensalzar el alma de un hombre grande en todos los sentidos. Rafa ya tiene su espacio físico en la ciudad, el sentimental está impregnado en la memoria emocional de quienes como esta humilde periodista sólo pueden tener palabras de elogio para un aficionado ejemplar, un futbolista sin parangón y un hombre verdaderamente limpio de corazón. La foto es de un momento de la inauguración con la alcaldesa, Pilar Sánchez.
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