La decadencia machadiana es una de mis favoritas. La monotonía de la lluvía tras los cristales, el camino invisible del caminante que hace camino al andar.
Dos conceptos vitales que aplico cada día cuando la vida te vuelve a zamarrear. Entonces cual Sansón una se hace fuerte y "tira palante" con la ayuda de los que siempre están, a pesar de tus distintos rumbos profesionales. Esos amigos y amigas son los que cuentan. Cuento me enfrento de nuevo al abismo de buscar trabajo lo encaro con miedo pero con las energías de quien siempre quiere asistir a un nuevo amanecer, una nueva senda.
En ella se ha retirado gente por hastío, otras por vergüenza y otras sin embargo que se suman a mi viaje peregrino. De nuevo en la carretera...
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