Los años o tal vez la madurez pasan estos días sobre mí como una losa. Conforme vamos creciendo, nos pasa al igual que a los niños ,requerimos en mayor medida la presencia y el cariño de quienes de verdad nos quieren. Esos falsos hipócritas que un día se autodenominaron "amigos" por el interés, ya no cogen el movil para saber si tienes problemas o si quiera las mismas inquietudes del gremio.
Ahora los prefiero a ellos. A mi familia, a mis hijas, a mis amigos de siempre, y por su puesto a tí, mi niño, que aunque callas silenciosamente sé que sufres de la misma manera.
Reconozco que el ser cariñoso no es tu primera virtud pero eres el pilar que ahora mismo guía mi vida. Te quiero tanto que, a pesar de lo corto de la distancia temporal, te echo mucho, muchísimo de menos...
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