Estos últimos cuatro días han estado marcados por los entrenamientos de los Fórmula 1 en Jerez. Una marea humana que ha inundado nuestro gran circuito de velocidad. Atascos que han llegado incluso a 30 kms., colas en las taquillas desde las primeras horas de la madrugada y la diversidad de gente que han llegado desde muchos puntos de la península... demuestran que Jerez atrae.
Atrae por su gente, por su gastronomía y por su clima. Es por esto que por una vez pilotos y aficionadaos están muy de acuerdo en una cosa: Jerez debería estar en el calendario de la F1.
Desde aquel mano a mano entre Michael Schumacher y Jacques Villenueve con victoria de éste último, allá por 1997, no le toca la loteria de la F1 a esta ciudad.
Que el Gran Premio de España de Motociclismo se organice en Jerez desde el año 87 de forma initerrumpida debería ser suficiente bagaje para atraer a su hermano mayor de 4 ruedas, tal y como se ha visto este fin de semana.
Capacidad de organización, instalaciones modernas y un sin fin de servicios, entre ellos una red hotelera y hostelera acostumbrada a grandes eventos, no nos falta; y sin duda en momentos tan críticos como éstos en los que la economía se refiere nos vendría como llovido del cielo. La pugna con Cheste y Montmeló está servida. ¿Alguien da más?.
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