Durante este fin de semana los periodistas nos hemos mirado el ombligo. Y el panorama lejos de ser alentador da escalofríos. Casi 4000 periodistas en el paro en la actualidad, según reconoció la presidenta de nuestro gremio en España. Y otro dato con el que me quedo aún más desolador: la precariedad laboral ha pasado a un segundo plano de las preocupaciones de los profesionales de la comunicación; una posición ganada a pulso por el intrusismo, por la de aquellos que ejercen sin la titulación requerida.
Del IV Congreso de Jerez, que nos ha colocado por primera vez en el foro de debate y que ha supuesto un importante esfuerzo organizativo de la Asociación de la Prensa de Jerez, se ha extraído una conclusión principal bajo el acertado lema de dignidad, libertad y futuro: es necesario un Colegio Profesional que defienda nuestros derechos, cuando paradójicamente nos pasamos la vida defendiendo otras causas. Ya se sabe que en casa del herrero, cuchara de palo; y así nos va.
Cuando ustedes como ahora reciben información deben tener la premisa de que el rigor, la objetividad y la veracidad deben ser la base de quien les cuenta las noticias. Sin embargo cuando las condiciones laborales de los responsables de llevarles esta información son paupérrimas, no sólo se está perjudicando al trabajador de la comunicación sino que se tambalea este derecho constitucional y democrático.
A las administraciones públicas les pedimos que se dejen de milongas y ayuden al sector. Sin dudas el congreso de Jerez marcará un antes y un después. Ahora por lo menos parece que el proyecto está avanzado y va a llegar al Parlamento antes de que asome el verano. Esperemos que así sea por el bien de toda la sociedad.
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