14 de junio de 2011

EL PRONTO Y EL PAÑO…


Durante estos días los limpiamuebles se usan más de lo normal. En los ayuntamientos se levantan muebles, equipos, material de oficina. También hay quien mueve con más movilidad de lo habitual cajas de cartón con enseres y documentos.



En muchos consistorios de la provincia, y en breve en el ente provincial, se desempolvan despachos, se levantan alfombras y se mueven escritos a la velocidad de la luz. A colación y como quiera que nuestra memoria visual y sonora funciona mejor con los recuerdos pasados, me viene a la cabeza el famoso anuncio de un conocido producto multiusos y aquello de “tú pasas el pronto… y yo el paño”. Demasiado pronto y muchos paños, a mi gusto.



Las mudanzas no son malas de por sí, porque suelen cambiar los escenarios, y limpian encarecidamente los ambientes… pero lo evidente es que también arrastran a personas, que no son bienes inventariables precisamente. En lo que respecta a mis compañeros de profesión, éstos son días violentos y duros para los periodistas que ven de forma injusta en muchos casos mover sus sillones y aún peor, sus contratos.




Los profesionales de la comunicación solemos ser moneda de cambio para algunos partidos, desconfiando de nuestra profesionalidad y de la transversalidad de los trabajos que hemos desarrollado. La valía no se adquiere en función de las siglas para las que trabajes, sino de un currículo vitae demasiadas veces itinerante.




Hasta que no se respete la pluralidad ideológica y la profesionalidad de los comunicadores, no se frenarán las cazas de brujas…; el mobbing y otras indecencias laborales que, aunque parezca increíble a estas alturas, nos hacen ser poco o nada respetados como colectivo. Una situación no sólo nefasta para quienes nos dedicamos a esta bendita profesión sino para quienes creemos firmemente en el pilar democrático de la libertad de expresión, en toda su acepción.
Dejemos a los periodistas en paz. El pronto, mejor para las mesas…









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